En muchos momentos, las empresas tienen dificultades para entender exactamente qué es un producto e incluso para desarrollarlo desde cero.
Pero ¿qué es un producto? Un producto es un servicio o cualquier artículo que se vende para satisfacer las necesidades o deseos de un cliente.
Aunque parece sencillo, un producto es mucho más que sus atributos primarios y desarrollarlos desde el principio puede ser un problema si se cometen ciertos errores.
Por lo tanto, en este blog profundizaremos más en este tema, citando el concepto, cómo desarrollarlo e incluso cómo agregar valor.
En el diccionario, producto se define de varias maneras, sin embargo, no todos los sentidos del diccionario están relacionados con la interpretación que deseamos. Entre las definiciones que nos interesan están:
Lo que se produce, destinado al consumo propio o al comercio. Conjunto de bienes y servicios que resultan de la actividad productiva de una nación, empresa o individuo.
Teniendo en cuenta la definición del diccionario, podemos profundizar más en el concepto de producto. De esta manera, es correcto afirmar que un producto puede ser tanto físico como virtual. Los físicos incluyen bienes duraderos (como coches, muebles y electrónicos) y no duraderos (como alimentos y bebidas). Los productos virtuales son ofertas de servicios o experiencias (como educación y software).
Así, un producto puede ser híbrido, incluyendo elementos físicos y virtuales, y este tipo de producto es cada vez más común en el mercado actual.
Finalmente, definimos los productos como todo aquello capaz de satisfacer un deseo o una necesidad del cliente. Por lo tanto, un producto es todo lo que está implicado en él desde la materia prima hasta la venta.
Es decir, el producto es algo que se puede comprar, si no se vende, deja de ser un producto.
Existen diversos tipos de productos que pueden ser categorizados de varias maneras, como en función de su finalidad, durabilidad, atributos y mucho más. Aquí están algunas de las categorías más comunes de productos:
Estos son aquellos que se compran frecuentemente por los consumidores para uso personal o doméstico. Pueden clasificarse en diferentes categorías, como alimentos, bebidas, productos de cuidado personal, electrónicos de consumo y juguetes. Es importante que las empresas comprendan las tendencias del mercado y las necesidades de los consumidores para producir productos de consumo que sean relevantes y satisfagan las expectativas de los compradores.
Producen otros productos o realizan tareas empresariales. Incluyen máquinas, equipos, herramientas, materias primas y otros componentes. Estos productos están diseñados para durar mucho tiempo y soportar una producción en masa. Las empresas deben considerar la calidad y eficiencia de sus productos industriales para garantizar la satisfacción del cliente y la eficiencia del proceso de producción.
Ofrecen parte de una solución para un problema o necesidad del cliente. Incluyen servicios financieros, de consultoría, de tecnología, entre otros. El éxito de estos productos depende de la calidad del servicio al cliente y de la habilidad de la empresa para comprender y resolver las necesidades de los clientes.
Duran más de un año, como electrodomésticos, muebles, vehículos y equipos electrónicos. Estos productos suelen ser inversiones significativas para los consumidores, y las empresas deben esforzarse por producir productos de alta calidad y confiables.
Están diseñados para ser consumidos o utilizados rápidamente, como alimentos, bebidas, papel y material de limpieza. A menudo son comprados con frecuencia por los consumidores y deben ser producidos a un costo accesible y con alta calidad.
¿Estás a punto de lanzar un nuevo producto al mercado o quieres reposicionar el producto actual de tu empresa? La definición de un producto es una etapa crucial para el éxito empresarial, ya que ayuda a determinar el valor y la posición del producto en el mercado. Aquí hay una guía paso a paso para ayudarte a definir tu producto de manera efectiva.
Antes de definir tu producto, es importante comprender a quién estás vendiendo. Conoce a tu público objetivo. Sus necesidades, deseos, hábitos de compra y comportamientos de compra. Esto te permitirá desarrollar un producto que satisfaga sus necesidades y deseos.
El siguiente paso es entender cómo tu producto se diferencia de la competencia. ¿Qué lo hace único y diferente de otros productos similares en el mercado? Analiza los productos de tu competencia e identifica sus debilidades y fortalezas. Luego, concéntrate en resaltar las ventajas únicas de tu producto.
Define el propósito de tu producto. Lo que hace, cómo ayuda a tu público objetivo y lo que lo diferencia de otros productos similares. Esto ayudará a establecer la posición del producto en el mercado y a crear una estrategia de marketing efectiva.
Crea una propuesta de valor para tu producto que destaque las ventajas únicas y el valor que ofrece a tus clientes en comparación con otros productos similares en el mercado. La propuesta de valor debe ser clara y concisa, y debe transmitir el propósito y la posición del producto de manera efectiva.
Desarrolla una estrategia de precio para tu producto que equilibre el valor que ofrece a los clientes con tus necesidades financieras. Considera la competencia, los costos de producción y el margen de beneficio al determinar el precio de tu producto.
Atentos a los posibles errores en el desarrollo, podemos seguir todos los pasos para la creación de un nuevo producto de calidad y con buen retorno financiero.
El primer paso consiste en trazar un camino a seguir pensando en el propósito, objetivo y funciones del producto para el cliente, siempre verificando si el público al que deseas llegar realmente tiene interés en algo en la línea en la que estás pensando.
Después de establecer el camino, debes reunir al grupo involucrado en el proyecto para producir todo tipo de ideas posibles, recordando que no existen ideas malas, solo ideas que necesitan ser moldeadas o que no se ajustan a la situación. Por lo tanto, este momento resulta ideal para poner en práctica la creatividad y dejar surgir todo tipo de ideas.
Aunque no existen ideas malas, es necesario que estén adecuadas a la realidad y situación de la empresa. Verifica si la idea está dentro del presupuesto, si tiene viabilidad técnica para implementarla y si el público objetivo realmente está interesado en ella.
Sin prueba, estarás solo dando un tiro en la oscuridad, por lo que necesitas crear un proyecto del producto, definiendo los componentes, costos y analizando si el público objetivo lo entiende. Por lo tanto, la implementación de un prototipo resulta necesaria para analizar si la materialización de la idea tiene sentido.
Después de la prueba, llega el momento de ver la viabilidad financiera del proyecto, analizar cómo reaccionó el mercado al prototipo, mirar a la competencia y montar una matriz de riesgo.
En esta etapa comienza la producción masiva, alineando el servicio o la mercancía con el marketing. Además de trabajar en la marca, el diseño y los procesos básicos de acuerdo con el estudio de las investigaciones realizadas hasta el momento.
Recordando los errores comunes en el desarrollo, necesitamos hablar del marketing. Por lo tanto, es esencial un buen marketing para tener un lanzamiento en el momento adecuado, que llegue al público objetivo con el mensaje correcto, mostrándoles cómo es esencial para sus vidas.
No sirve de nada crear un producto increíble y no buscar la evolución dentro de sus procesos, ya que solo así se mantendrá la calidad de sus productos. Por lo tanto, es importante seguir los pilares de la calidad (Confiabilidad, Rendimiento, Conformidad, Apariencia, Soporte, Calidad percibida y Atención al cliente), los cuales se explican en el blog “¿Qué es la calidad de un producto?”.
En primer lugar, comenzamos hablando de los errores, ya que evitarlos es fundamental para el éxito de la creación e inmersión del producto en el mercado.
Pensar que toda buena idea genera un buen producto. Trabajar con buenas ideas nuevas es fundamental, pero también se debe tener mucho cuidado, ya que la introducción de un producto depende de muchos factores. Por lo tanto, no sirve de nada tener estas ideas si no se implementan con estudios y un plan de acción bien definido.
No analizar el mercado. A menudo queremos crear un producto nuevo, pero no analizamos el mercado o lo hacemos de manera incorrecta. Por lo tanto, sin el estudio correcto, cometemos errores clásicos, como en la fijación de precios de productos, marketing del producto, o incluso en el momento de lanzar el producto.
No considerar al consumidor. Otro error pertinente es no atender las necesidades y deseos de su consumidor. Por lo tanto, en algunos momentos, las empresas creen que el consumidor tiene un deseo o necesidad que él no tiene. Por lo tanto, es sumamente importante aplicar una encuesta con su consumidor para averiguar el objetivo real, siendo el árbol CTQ una excelente herramienta para ayudar en esta área.
Copiar a la competencia. De hecho, es interesante hacer benchmarking, pero se equivoca quien cree que esta práctica consiste en copiar buenas prácticas de otras empresas. Por lo tanto, copiar lo que otras empresas realizan sin comprender la teoría subyacente no es una práctica eficaz y puede llevar a resultados desastrosos, por lo que copiar los productos en ciertas situaciones puede sonar hasta oportunista.
Marketing malo. No sirve de nada crear el mejor producto si la divulgación no es correcta, por lo que se debe tener la persona (público real) bien definida, un buen canal de comunicación, con publicaciones segmentadas.
El papel de la gestión de productos en empresas de tecnología es pensar holísticamente sobre la experiencia del cliente. Esto se debe a que los clientes deciden lo que piensan y cómo se sienten sobre un producto en función del conjunto total de interacciones que tienen con la empresa, y proporcionar un buen producto a un precio competitivo no es suficiente para ganar lealtad a largo plazo.
Por lo tanto, además de este tipo de gestión, está la gestión del ciclo de vida del producto (PLM), que representa una visión integral para gestionar todos los datos relacionados con el diseño, producción, soporte y disposición final de productos manufacturados. Haciendo referencia a todo el ciclo de vida del producto.
Agregar valor a tu producto es fundamental para mantenerlo relevante y competitivo en el mercado. Aquí te presentamos algunos consejos para tener en cuenta:
La conciencia sobre el impacto ambiental y la presión de los consumidores para elegir productos sostenibles ha aumentado significativamente en los últimos años. Es importante que las empresas se esfuercen por garantizar la sostenibilidad de sus productos, desde la producción hasta su disposición final. Aquí hay algunos consejos para ayudarlo a garantizar la sostenibilidad de su producto.
Lo primero que debe hacer es analizar su cadena de suministro para identificar los puntos donde puede mejorar la sostenibilidad. Esto incluye la elección de proveedores, materias primas y procesos de producción. Asegúrese de que su cadena de suministro esté alineada con sus valores y objetivos de sostenibilidad.
Reducir el desperdicio es una manera efectiva de garantizar la sostenibilidad de su producto. Esto incluye la optimización de los procesos de producción para minimizar el desperdicio de material y energía, así como la elección de envases que puedan ser reutilizados o reciclados.
La utilización de fuentes renovables de energía, como la solar o la eólica, es otra manera de garantizar la sostenibilidad de su producto. Además, invertir en tecnologías verdes y eficientes en energía ayuda a reducir el impacto ambiental de su empresa.
Los productos duraderos son más sostenibles que los productos desechables. Al diseñar tu producto, asegúrate de que esté hecho con materiales de alta calidad y sea fácil de reparar en lugar de ser desechable. Esto ayuda a reducir el impacto ambiental y aumentar la satisfacción del cliente.
Adoptar prácticas de disposición responsable es una parte importante de garantizar la sostenibilidad de tu producto. Esto incluye la recolección selectiva y la disposición adecuada de los materiales y envases usados, así como el reciclaje de componentes de tu producto.
La tecnología tiene un impacto significativo en la producción de productos, desde el diseño y desarrollo hasta la fabricación y entrega. Aquí hay algunas formas en que la tecnología está cambiando la forma en que producimos productos.
La tecnología de diseño y prototipado se está volviendo cada vez más avanzada, lo que permite a los diseñadores crear prototipos virtuales de sus productos antes de producirlos en masa. Esto significa que pueden probarlos y refinarlos antes de gastar tiempo y dinero en la producción real.
Además, la tecnología de impresión 3D permite a los diseñadores crear prototipos físicos más rápidamente y con menos desperdicio.
La tecnología también está cambiando la forma en que producimos nuestros productos. La automatización de fábricas y la robótica permiten a las empresas producir productos de manera más rápida y eficiente, reduciendo el tiempo de producción y aumentando la precisión.
Otra gran utilidad es la optimización de los procesos de producción, la identificación de problemas y la toma de decisiones de forma autónoma.
La tecnología también está cambiando la forma en que entregamos nuestros productos a los consumidores. La tecnología de seguimiento y rastreo de pedidos permite a las empresas seguir sus entregas en tiempo real y ofrecer actualizaciones a los clientes.
Además, el uso de drones y vehículos autónomos está haciendo posible entregar productos de manera más rápida y eficiente, especialmente en áreas remotas o de difícil acceso.
Augusto Fontoura, estudiante de publicidad y propaganda, trabaja en el equipo de marketing de FM2S.
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